Un cuento de surf (II)

Abrió los ojos. Espera.. a lo mejor todo fue una pesadilla, a ver.. Y buscó pero ya no estaba. No.. es real, sigo aquí, estoy aquí, dios, esto es real..

Un año antes decidió que ya estaba cansado. Creo que sueño demasiado y vivo tan poco... Si la vida no me viene a mí, voy yo hacia ella. Recojo lo que me acompañará.. no necesitaré mucho.. las cosas sencillas son las más importantes. Echó a andar sin saber hacia dónde. Esa es la mejor forma de echar a andar. Sus huellas iban quedando reflejadas en la playa. Un pie, otro pie, un pie, otro pie.. uno delante del otro. A ver a dónde me llevan. Que sea lejos. No encontraba en la arena ninguna botella de cristal con un mensaje dentro para él. Eso sólo pasaba en las películas. Luego las olas borraban las huellas como diciendo "juguemos de nuevo amigo mío, dibuja otra vez".

El sol se estaba despidiendo, dejándose esconder perezoso tras el telón azul ondulado.. y mirando allá, a lo lejos, descubrió una ola que rompía de una forma especial.. no la había visto antes, de hecho nunca nadie la había visto antes.. estaba ahí para él, justo al lado de la gran roca que crecía solitaria e imponente a la izquierda de la cala, donde la arena acariciaba los pies del acantilado. En la cala, la pared de piedra hacía sombra y comenzó a tener algo de frío. En el agua, los últimos rayos de sol calentaban el salado líquido, mas tibio que la atmósfera a esa hora. Me llama.. esa ola me llama. Así que abandonó su despropósito de ir hacia ninguna parte, tomó su tabla que formaba parte de su pequeño equipaje de cosas sencillas pero importantes, y se perdió en la niebla que envolvía esa rompiente.. Bueno.. no sabía a dónde ir.. ¿qué mejor destino que este? Tal vez no encuentre lo que busco, pero tal vez me de cuenta de que no debo buscar.. sino sencillamente quedarme aquí, dejarme flotar..

Un sonido hueco de color azul comenzó a tomar forma en el turbio atardecer, apenas tuvo que remar porque la masa de agua oscura le empujo directamente a sus entrañas, notando la succión tras de sí, envuelto en las tripas de ese gran gusano maravilloso pero aterrador, en esa ola que nadie había visto antes porque tal vez no existía.. En ese momento, algo pareció tirar de él hacia atrás, hacia el estómago del verme líquido, algo tan fuerte que parecía retenerle de por vida, deteniendo el tiempo y todo el agua que giraba a su alrededor, algo tan poderoso como extraño, sintió que el tiempo no era tiempo y que permanecería inmerso en esa lavadora transparente de por vida, transparente.. que luego dejaba ver el color blanco de la espuma, luego azul.... luego rojo.

Un año después, cada mañana, abría los ojos y, como si fuera la primera vez durante cada día de su lenta vida, comprobaba que no había sido una pesadilla... que aquello era real. Salió de la cama y fue a pasear a la playa. En la orilla, ninguna botella de cristal con mensaje para él. Sus huellas quedaban hundidas en la arena: un pie ....ningún pie, un pie ....ningún pie. El mar no parecía comprender: "juguemos de nuevo, amigo mío, dibuja otra vez..."

29/03/2006
Los miércoles al sol




28/03/2006

Hoy la costa de la luz ha hecho honor a su nombre...


Semana del 25/03/2006
Kilometros y un mapa


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21/11/2005. Madrid, concierto de Sigur Ròs.

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Sagres, agosto 2005
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Surfari a resguardo. 18/03/2006



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17/03/2006

de busqueda con perk
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14/03/2006 Una ola de hoy

Soulwaves. Sesiones. Mediterráneo. La Costa Cálida...
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Una historia gore verídica!!

Esa mañana se miró al espejo como cada día para afeitarse con sumo cuidado, esquivando las montañitas y valles de su desgraciado rostro deformado porque su primo Alfonso, que estaba medio loco, de pequeño le disparó con una escopeta de perdigones a la cabeza.
-"Cagontusmuertos Alfonsico"- eran siempre sus primeras palabras antes del colacao. Pero ni el plomo de los perdigones había conseguido que dejara de crecerle un pelo de menos en la cara, toda llena de crin negra desde la punta de la nariz hasta los lóbulos de las orejas como si le hubieran inyectado testosterona bajo cada célula de su piel, una piel de tacto violento y olor a anchoa que camuflaba con Axe Marine después del rasurado. El pobre era más feo que suputamadre. Pero bueno, ese día no iba a ser tan malo soportando las burlas de los compañeros de instituto, porque se iba al sur con su kiteflycometasurf a pegarse unos vuelos en un día gris de temporal. Sí, le gustaba la cometa, y también las judías de su abuela cuando subía a visitarla a Asturias, unas que cocinaba la vieja pero que le daban unos peos que le quemaba el culo; le gustaba leer revistas de coches y motor y esas cosas, y también tocar su guitarra Sammick para zurdos que compró en El Corte Inglés, para zurdos porque de la mano derecha le faltaban un par de falanges que volaron con sendos perdigones del hijoputa de su primo.
El caso es que arrancó su coche que tenía tuneado como el de Pierre Nodoyuna de los autos locos con su perro Patán, gritando lleno de alegría: -"¡Y allá van de nuevo...!"-; trompeó un par de veces antes de parar el motor crujiente como el chocolate Crunch, levantando una nube de polvo que se esfumó como una lagartija en el camino hacia el horizonte a más de 170 km por hora. En el cielo nadie volaba, ni siquiera las gaviotas que hacían lo imposible por mantener su dignidad en el aire aunque más de una acababa volteada varios metros por el viento rodando como un pañuelo de mocos.
-"Menudo vientaso", -pensaba cuando montaba su cometa-,"no sé si llevaré demasiado trapo"-. Pese a las dudas, entró al agua por los aires al hincharse los más de 8 metros de paracaídas que llevaba; toda una inconsciencia, sí, pero él estaba seguro de la fuerza de sus bíceps duros como rocas y la consistencia de sus abdominales donde se podía rallar queso.. -"Jooooder" -dejó escapar entre sus dientes torcidos dispuestos al azar como si se los hubieran echado al vuelo a una boca toda llena de pegamento- "esto es mucho.. esto es muchoo..". A 50 metros delante de él la superficie del mar dibujó una enorme estela blanquecina amenazante, señal de la ráfaga de más de 90 nudos que se aproximaba. Entonces, prudentemente, decidió soltarse el arnés y mandar la cometa a volar a tomar por culo, pero un bache de una ola hizo que se enredara en el cable no sé cómo, creo que por un trocito de perdigón que le sobresalía por la nuca, de modo que quedó alrededor de su cuello estrangulándole como cuando uno se duerme con el walkman puesto, y al arreciar el soplido de Eolo se tensó el nudo y le cortó de un tajo la cabeza y de paso 4 dedos de su mano izquierda con los que trataba de zafarse.. La sangre que manaba de su cuello atrajo a un cardumen de barracudas que nadaba por allí, y como locas dando saltitos le mordían los jirones de carne ñacañacañaca, y una gaviota carroñera le picoteaba los dedos destrozados arrancando por error el que le quedaba sano.. Ah, pero lo que los animalitos no sabían mientras devoraban con apetito Carpantiano era que limpiaban las heridas a la vez que favorecían su cicatrización con sus jugos bucales junto con el agua de mar y el viento salado. Total, que el chaval sin cabeza y sin mano izquierda volvió a la playa como pudo -no me pregunteis cómo, a mí me lo contaron- y se subió a su coche tuneado y se volvió a su casa. En pocos días se le formaron unos muñones chulísimos en las heridas. Cada mañana, antes del colacao, se miraba al espejo:
-"Yo me veo de puta madre"-. Lo malo era que ya ni guitarra para zurdos ni leches, cada vez que miraba la Sammick estratocaster escupía: -"Cagontusmuertos gaviotica.."
Un cuento de surf

Ahora solo eran recuerdos, y parecía haber sido un sueño.. pero en su momento todo aquello fue real.

La lluvia.. trataba de aferrarse a los cristales del autobús, recorriendo líneas líquidas antes de tropezar y caer al suelo. El cielo estaba totalmente negro, las palmeras inclinadas movían sus brazos como enloquecidas, el agua de los charcos parecía querer salir de aquellos, huyendo del vendaval que azotaba la costa, amenazando con volcar el vehículo que, entre bandazos, logró llegar a su parada.

Y allí bajo él, sólo, con su tabla dentro de su enorme y desgastada funda, luchando contra el viento, en dirección a la playa. Al llegar, se sentó a observar la mar, furiosa, grandiosa, como diciendo “mirad todos lo que soy capaz de hacer...”, escupiendo espumarajos blancos que se elevaban al cielo y salían despedidos como torbellinos. Era otoño y aun no hacia frío. Era época de grandes tormentas. Él miro entonces sus pies hundidos en la arena, y se dijo: -tranquilo, no pasa nada, me tengo a mí mismo-. Sin volver a mirar al mar, sacó la tabla, enrolló la funda junto con la toalla y colocó una piedra gorda encima para que no volaran. Y entonces caminó hacia la orilla. Dio un último suspiro y con decisión entró en el agua. La corriente era intensa. Las olas iban dejando ver su fuerza. Pasaron minutos, horas, años parecían, hasta que logró atravesar la interminable rompiente. Estaba mar adentro. Muy adentro. Allí las olas realmente asustaban. Marcaban series enormes que ya lanzaban su espuma a lo lejos. El quería la más grande. La más peligrosa. La que, si caía, le entretuviera durante más tiempo con su abrazo mortal de vuelcos, algas y espuma. Y quedarse allí, atrapado en el fondo. Para no volver. Para siempre.

Fue de repente, comenzó a llover a cántaros. Y en ese momento, como animales salvajes que parecen detener su vida hipnotizados bajo la cortina líquida, las olas se apagaron, se escondieron, se esfumaron. Él quedo flotando entre la lluvia.. y entonces rompió a llorar. Estaba sólo, nadie le veía; como un niño, sin vergüenza, su llanto salía de lo más profundo del corazón, no eran solo lágrimas, aquel llanto era mucho más... Mientras, la lluvia cada vez más fina se mezclaba con las lágrimas de su rostro, y le limpiaba el alma.

La mar había quedado en una extraña calma; sin embargo su fuerza no había desaparecido, parecía estar oculta bajo el manto dulce de la lluvia.
...Y una leve brisa fresca comenzó a soplar. Traía un nuevo olor; no era de mar, no era de algas.. Era un aroma a tierra, mezcla de arbustos, plantas aromáticas y a cabra. Sintió el viento en su rostro, llenando sus pulmones, acariciando la superficie del agua, sintió los diminutos rociones salpicar en sus ojos... En el cielo, los rayos de luz se iban abriendo paso entre las densas nubes, coloreando de un verde turquesa al agua gris. Y entonces la mar pareció regresar, despertando de un mal sueño para amanecer limpia, sobria, elegante, poderosa.. Como deseosas de resurgir tras su letargo, desde el horizonte de indescriptible color se acercaban cada vez más aquellas montañas.. Las enormes serpientes verdes se enroscaban en increíbles cavernas que el viento peinaba en su techo difuminando miles de gotas en el aire.. Y él estaba allí, sólo, y se dijo: "me tengo a mí mismo..."

11/04/2005. Increíble el color del mar en este rincón del Mediterráneo...

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Cantabria. Abril 2005

Una casa con vistas al mar



Un viaje relámpago para el norte con Jose, varias fotos se perdieron. Suele ocurrir que cuando llegas, se pone malo aquí y bueno allí de donde vienes, y cuando vuelves, lo mismo. Aun así algo se pudo hacer. Al menos me sirvió para descubrir a Jack Johnson..
08/03/2006. Me persigue un escarabajo...


Eso he dicho. Escalofriante… cada vez que miraba por el retrovisor ahí estaba, pisándome los talones.. sé que viene a por mí por algo que hice o dije, pero no fue para tanto.. déjame respirar amigo.. acelero como el sobrino del Fary, en mi aguja pone casi 160 y ahí lo tengo detrás al enano blanco… sólo le falta la baca con las tablas.. es que te salté alguna ola?? quizás sea un fantasma, una aparición de esas que no quisieras que te pasara nunca de noche.. si sólo yo le veía.. me pongo a la altura de los coches que pasan a mi lado y les digo “pero oiga, es que no ven que quiere matarme ese escarabajo???” y me responden dándome pitazos….no, está claro que estaban ciegos y no lo veían.. pero yo sí, ahí está, detrás mía todo el rato, conducido por esa figurita extraña con su mandíbula dislocada de la risa……
Los sonidos del mar.

Cuando uno se tira sólo al agua, pueden pasar varias cosas:

1. Que ya haya gente en el agua. En este más que probable caso, escucharemos, entre otras melodías, la clásica y fascinante sonadura del que tienes al lado, justo antes de preguntarte la hora con un súper moco pegado en la barba; con suerte y sin afinar demasiado el oído podremos oír también al típico que se pasa todo el rato silbando una canción que no conoces y la putada es que al llegar a casa aún no te la has podido quitar de la cabeza -como jode eso-, el tío no para de silbar y te parece oírle también silbando cuando surfea la ola y todo; a veces también está en el pico el colega que se lleva al perro y lo deja en la orilla, aullando como loco el animal mientras levanta misteriosamente la pata justo al lado de tu funda; y evidentemente si eres cotilla disfrutarás de las conversaciones a todo volumen de los vecinos bugueros sobre la fiesta que se pegaron anoche, bla, bla, y el Jonatan le tocó no se qué a Bea, que cochina esa Bea -piensas tú- si yo la pillara.

2. Que estés sólo en el agua (caso raro). Esta situación la he vivido yo hoy. Es increíble. Me he metido en un lugar que al parecer nadie conoce, desde el agua no he conseguido ver indicio alguno de actividad humana, solo monte, plantas verdes, acantilados, cielo y nubes rápidas. Escuchaba el viento cuando bajaba el sendero que da a la cala solitaria, y conforme me acercaba se oía cada vez más el mar, rompiendo las series en el punto exacto, cayendo las izquierdas que sonaban algo así: jjrrfggssssssssssss. Meterme en el agua, oír mi respiración, el chapoteo de la tabla, y nada más, nada más... Ese es el sonido que me traigo a casa, tan lindo que no quiero que salga de mi cabeza. No, nunca lo olvidaré, cada vez que cierre los ojos escuchare ese susurro: jjrrfggssssssssssss, jjrrgggsssssssssssssssssss...
16/03/2006


Este es ese momento en el que te quedas callado cuando el sol ha terminado de perderse dentro del mar, hecho polvo después de estar toda la tarde en el agua, solo te quedan fuerzas para sentarte, beber agua, y pensar a dónde irá...
Mallorca y Baleares. Otoño 2005.

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La mierda surfera

06/03/2006


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05/03/2006. La costa de la luz hoy



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...A partir de ahora (III). Febrero, Marzo 2006

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...A partir de ahora (II). Enero 2006
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...A partir de ahora (I). Enero 2006

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06/02/2006


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