27 y 28 de enero 07


Por fin ha llovido en mi tierra que ya le hacía falta... Y han caído olas, que mucha falta hacían también por aquí...


26/01/2007


la mirada al infinito, allá, al otro lado del océano....
21/01/2007

Existimos gracias a esa estrella de fuego que cada día nos pasa despercibida... aquí una tonta imagen, una entre tantas, que me hace sentir insignificante, mientras trato de asimilar ciertas cosas.. Esta canción me recuerda a años atrás, cuando el mundo estaba aún todo por delante, cuando escribía lo que veía en cartas, y lo que soñaba en canciones, cuando empecé a pillar olas pensando que podía perderme y estar sólo sin competir con nadie, cuando me cogías con tus manos calientes mientras yo te contaba... Ojalá pudiera volver atrás en el tiempo.. no me gustaría volver para no encontrarte..
Cosas en una libreta.

"Sabido es por todos que nuestro último futuro conocido es la muerte" comenzó a escribir. Y no le gustó. No le gustó nada. Tomó el papel donde había escrito y lo partió en dos, cuatro, ocho, tantos pedazos que ya no tenía fuerzas para seguir rompiéndolo más. No tenía fuerzas en realidad para nada. Tampoco para sonreír. Abrió lentamente la mano, y el viento le arrebató con furia aquellas palabras escritas en fragmentos ahora voladores de papel, como queriéndolas apartar de él, y se las ofreció al mar, que se las tragó en una inmensa ola, diluyendo con su espuma la tinta azul que hacía tan sólo unos segundos dibujaba tantas letras...


– Qué rápido ha pasado todo – pensó – . Seguro que esa hoja de papel no se esperaba este futuro.
Y allí estaba él, sentado frente al inmenso océano, escribiendo sus cosas en una libreta mientras el viento, ahora juguetón, le revolvía el pelo y las olas, ahora más calmadas, rompían elegantes saludándole en cada batida. Y todo aquello no parecía sino envolverle aún más en su melancolía.
Recuerdos... Tantos recuerdos y tantos sueños y tantas caricias a la luz de una vela... Todavía podía oler aquel incienso y respirar en su pelo, todavía podía escuchar aquella música y ver en la oscuridad de sus ojos, y se miraba las manos buscando en ellas el dibujo de sí mismo, tan frágil en ese momento que una ligera brisa de viento hubiera podido llevárselo, y después ser abrazado por una ola blanca y azul como el cielo, como su alma.

– ¿A dónde irá mi alma? – se preguntaba – . ¿A dónde irá mi alma cuando yo me muera?
Oí decir una vez que el alma viaja por el tiempo, a través de los años y los siglos, y que, cuando mueres, estás naciendo en otro lugar, en otra época, y quizás en otro mundo. ¿Nunca tuviste la sensación de haber vivido ya un instante de tu vida? El alma a veces nos recuerda cosas que sintió en algún momento, en un sitio cualquiera, cosas sencillas que guardó para siempre, cosas sencillas que fueron importantes.

– Creo que mi último futuro no será la muerte, sino lo que viene después, justo en el instante en que cierre mis ojos, otro comienzo... ¡Qué ganas tengo de empezar de nuevo! Estoy deseando ver cómo será todo, a quién conoceré, de quién me enamoraré, qué me susurrará su piel...

Levantó la mirada al horizonte, y se dio cuenta de que se sentía mejor. No podía sentirse mejor. Con ánimo, inspiró profundamente, llenando sus pulmones de diminutas gotas de agua de mar que refrescaron su reluciente alma. ...Y el cielo se volvió gris. Y comenzó a llover. Primero una lluvia invisible, luego un mundo invisible tras la lluvia. Permaneció allí, inmóvil, envuelto en relámpagos y truenos, entre sueños verticales, porque parecía que sus sueños, que tan alto volaron, bajaban chorreando del cielo para estrellarse en sus párpados, sus hombros, sus manos.
Cuando tuvo frío se levantó. Pensó en darse una ducha caliente y observar, al otro lado de la ventana, las gotas heladas caer desde un cielo negro y frío y fundirse en el vapor del cristal ardiente.
Y abrió la puerta de su casa. Y allí estaba ella, y le abrigó con su pelo, y encendió una vela, y la música, y el incienso... Y entonces comenzó a escribir.

(Música PLAY)
Primeros dias de enero 07


Búsquedas, sesiones, olas, de las que dependemos adaptando nuestro ritmo de vida a las mareas... me gusta mas así, que adaptarlo al horario del metro o los autobuses..