A través del cristal


14/02/2009
Atardecer en Madrid.

Ya no son las olas, sino el mismo mar. Cómo es posible echarlo tanto de menos en solo dos días.. Aunque este liso como un espejo, aunque sea el Mediterráneo, tan solo entrar en él, en mitad de una playa vacía -mucha gente no quiere saber nada de las playas en invierno-, y hacia adelante, no ver nada en el horizonte, sólo agua, y cielo.. Hacia allá siempre puedes escapar. No somos más que bichos terrestres de cuatro patas, lo de ahí delante no es nuestro mundo, no podemos transformarlo tan fácilmente ocultándolo con edificios, ahí sencillamente nos ahogamos. No somos únicos, no somos los mejores. En el mar somos vulnerables. El mar es siempre una aventura, y me transmite respeto. Me hace sentir libre, de hecho cuando más libre me he sentido, paradógicamente, ha sido cuando he vivido en una isla, por pequeña que fuera.. Madrid es otro mundo, al que no se si sería capaz de adaptarme... Aunque depende de con qué ojos se mire.. Y estáis vosotros, que es lo importante, y estar a vuestro lado hace que este atardecer me parezca precioso, con sus torres rozando el cielo...

Estas últimas semanas..

Aires del oeste en las tierras del sur..



(Música PLAY)