pasos

un pie delante del otro, sin pisar entre las baldosas, iluminadas por las farolas nocturnas, con mi música, con la compañía de mis pensamientos, que azotan en la oscuridad del interior de mi cabeza, de mi pecho, cojeando como un animal herido, precavido, tratando de cuidarse del peligro, de vuelta a casa... Observando el arcoiris en blanco y negro, la rapidez con que se echa encima la noche en estos días tan cortos, escuchando el sonido ensordecedor de mis pasos, que retumban en los muros, que me devuelven la mirada, como espejos de cemento, donde se refleja mi sombra callada.. Puedo reconocer mi sombra, ella sabe la toda la verdad...
(Música PLAY)